La lluvia ha obligado a celebrar por primera vez el tradicional "pique" de cuadrillas de la procesión de "Los Romances" en Navaluenga (Ávila) dentro de la iglesia de Los Villares, donde los romanceros se han vuelto a retar para ver quién recitaba más alto, más claro y mejor los romances que Lope de Vega dedicó a la pasión y muerte de Jesucristo.
Esta tradición, reconocida hace dos años por la Junta de Castilla y León como fiesta de Interés Turístico Regional, ha tenido que cambiar el exterior del templo por el interior, ante la intensa lluvia que ha descargado esta tarde en la comarca del Alberche, situada a unos 40 kilómetros al sur de la capital.
Las imágenes de "El Amarrado a la Columna"; "El Nazareno de la Caída"; "El Cristo de la Vera Cruz" y "La Virgen Dolorosa" sí han podido salir a la calle en procesión, aunque han tenido que acelerar su retorno debido a la incesante lluvia que ha obligado a cubrir con un plástico la talla de la Virgen.
Sin embargo, el interior de la iglesia de Los Villares sí ha podido acoger la parte más curiosa y llamativa de la Semana Santa de Navaluenga (2.200 habitantes), con el "pique" de las dos cuadrillas de romanceros que desde hace dos meses se vienen preparando para este momento.
Integradas por unos 25 componentes cada una, las cuadrillas han vuelto a retarse para comprobar ante sus vecinos cuál de las dos interpretaba mejor, más alto y más claro los 14 romances -300 versos- dedicados a la Pasión y Muerte de Jesucristo, 12 de ellos escritos de Lope de Vega y los dos restantes por José de Valdivieso.
Todo ello, sin equivocarse, ya que el primero que lo haga, pierde el "pique", tal y como figura en esta tradición cuyo origen se desconoce, aunque se cree que pudo surgir en el siglo XVII como manifestación de fe durante la contrarreforma, para después convertirse en un acto procesional en el siglo XVIII.
Esta costumbre, convertida ya en todo un símbolo de la Semana Santa de esta localidad, estuvo a punto de desaparecer hace unos años, aunque el empeño de la Hermandad de Romanceros, integrada por unos 400 socios, logró rescatarla y potenciarla hasta conseguir la actual proyección.
El punto culminante ha llegado cuando las dos cuadrillas mixtas de hombres y mujeres, junto a algunos niños que en total superaban el medio centenar, han recitado los 300 versos que fueron publicados en las "Rimas Sacras" (1614).
En el siglo XIX los romanceros solteros y casados se desafiaban entre sí, de manera que la cuadrilla perdedora invitaba a la ganadora a limonada y bollos.
Ahora es el Ayuntamiento de la localidad el que lo hace con el público asistente, que este jueves ha podido degustar 7.700 bollitos típicos de la zona y unos 300 litros de limonada.
Esta tradición, inicialmente reservada a los hombres, está abierta a mujeres y niños que finalizado el recorrido de la procesión, tras una parada en la ermita de La Merced, se han vuelto a citar junto la iglesia de Nuestra Señora de los Villares para volverse a "picar" un año más, aunque por primera vez en el interior del templo.
Para ello, los participantes han empleado un ritmo peculiar, con una cadencia repetitiva y machacona, con la que el espectador primerizo se termina familiarizando.
Fuente: Efe
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