Según se ha informado hoy en un comunicado remitido por la fundación, la restauración de esta fachada es "de gran importancia", dado su estado actual de conservación, que presenta "graves" problemas de disgregación de la piedra, provocados porque la mayor parte del agua que cae en la terraza del nivel superior se filtra hacia los rellanos de la portada y aflora por la sillería.
Al pasar, el agua disuelve las sales, que, transportadas hacia fuera, cristalizan, un problema al que se suman los efectos del hielo y el viento, de modo que provocan disgregaciones, descamaciones, fragmentaciones y roturas que pueden llegar a caer a la calle, según el análisis previo realizado por la fundación.
También en el estudio se incide en que las palomas contribuyen igualmente al desgaste y aportan materia orgánica y suciedad que "favorece el ataque de microorganismos y daña la piedra", igual que los líquenes y raíces de vegetación entre los sillares.
En su intervención, la Fundación del Patrimonio, integrada por las cajas de Castilla y León y la Junta, plantea también investigar las capas de enlucido del atrio y la cara interna de la fachada, original de Juan Guas, para "comprender" la evolución histórica de esta parte de la catedral y "favorecer una contemplación mejor" del interior de la fachada, del siglo XV.
La fachada occidental de la catedral de Ávila sirve, en la actualidad, de entrada principal para las visitas turísticas al museo, el claustro, el altar mayor y el coro. También se espera que por aquí entren las personas con destino a las torres y cubiertas del templo, un proyecto sobre el que se trabaja desde el cabildo catedralicio.
En este momento, según se ha explicado desde la fundación, se está redactando el informe de intervención, para lo que se plantean varios estudios previos cuyos datos contribuirán a redactar un proyecto "más ajustado" a las necesidades del inmueble.
Dicho estudio incluye un levantamiento planimétrico para obtener la representación gráfica de su estado actual, además de un estudio petrológico y catas murales.
De origen tardorrománico, la catedral de Ávila comenzó a construirse en el siglo XII, pero mudó al gótico al alargarse las obras hasta el siglo XV, momento en el que se encargó a Juan Guas, arquitecto y escultor español de origen flamenco, que trasladara la portada original gótica de la fachada occidental a una puerta secundaria al norte, con mejor acceso desde el palacio episcopal.
También se le encargó que sustituyera la puerta por una nueva y adelantada, de modo que la nave mayor ganase, además, un nuevo tramo, aunque esta portada se deterioró de tal manera que tuvo que reformarse en el siglo XVIII.
Por ello, entre los dos contrafuertes de granito, el cuerpo central se divide en la portada del XVIII; el retablo superior, aún de Juan Guas, del XV; y la vidriera, incorporada en el siglo XX.
Fuente: ABC
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