El obispo de Ávila, Jesús García Burillo, ha advertido ayer en la homilía con motivo de la festividad de San Segundo, patrón de la capital, del "brote de odio hacia la Iglesia católica", que se manifiesta en la "profanación frecuente de capillas e iglesias, obras de teatro o manifestaciones anticlericales".
García Burillo, que ha presidido la Misa Mayor en la Catedral, coincidiendo con esta fiesta en honor al que se considera que fue el primer obispo abulense, se ha referido al "proyecto de ingeniería social" que se viene produciendo "con celeridad" en España y que a su juicio contribuye a "modificar la visión del hombre, del mundo y de Dios".
"A este proyecto de cambio", ha argumentado en el mismo sentido, "se ha unido recientemente un brote de odio a la Iglesia católica manifestada en la profanación de capillas e iglesias, obras de teatro o manifestaciones anticlericales".
No obstante, el prelado ha señalado que "ciertamente este odio de la fe no alcanza la violencia que tiene lugar en otros lugares" o el que se produjo en España "en décadas pasadas".
Se ha referido a lo que ha denominado "proyecto de ingeniería social", un proceso que "modifica la visión del hombre, del mundo y de Dios, coincidiendo con un propósito de religión secular que busca alcanzar un hombre nuevo, emancipado de la religión tradicional, negando toda realidad trascendente y reduciendo todo a materia o producto cultural".
Desde su punto de vista, dicho proyecto trata de conseguir una "transformación de la persona humana revisado desde la educación, mediante una reforma legislativa y la ayuda eficaz de los medios de comunicación".
Junto a estas reflexiones, Jesús García Burillo ha recordado la proclamación ayer como beato del Papa Juan Pablo II, a quien ha agradecido "su presencia en Ávila en 1982", así como "su testimonio de vida perenne".
Además, ha repasado los últimos veinte siglos de la historia de Ávila, vinculada a San Segundo, considerado el primer obispo de la Diócesis, que en la actualidad cuenta con cien sacerdotes, seis seminaristas, medio centenar de comunidades de vida consagrada y "un buen número" de movimientos apostólicos y cofradías, según ha recordado el prelado.
Todo ello se traduce en el hecho de que "más del 90 por ciento" de los abulenses son católicos y "buena parte de ellos practicantes".
Tras la Misa Mayor, que ha contado con la asistencia de las principales autoridades locales y provinciales, la imagen de San Segundo ha salido en procesión por las calles de la ciudad, en dirección a su ermita, situada junto al lienzo oeste de la muralla.
Allí, por la tarde, cientos de abulenses cumplieron con la tradición de introducir un pañuelo bajo la tumba del santo para pedir tres deseos.
Fuente: Periodista Digital
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