In extremis, Martín y la empresa García Vaquero se dieron el 'sí quiero' el pasado fin de semana y gracias a eso «la producción vuelve a marchar de manera normal». La situación era «peliaguda», recuerda la ganadera, porque «la leche no se puede conservar. Si no se recoge hay que tirarla, con las pérdidas que esto supone», explica.
Su granja de Nava de Arévalo (Ávila) entregará su producto en los mismos términos que acordó con la firma francesa aunque de momento el pacto es «simplemente verbal» y, tal y como han quedado las dos partes, se firmará «en próximas fechas». De hecho, la empresa quesera de Alcázar de San Juan ya recogió el pasado domingo. Por todo ello, Adoración Martín ha querido «agradecer profundamente» la confianza depositada por esta nueva marca, y reconoce que «a veces me cuesta creérmelo».
Respecto a Lactalis, la ganadera asegura no querer «saber absolutamente nada». Dice que «toda afirmación que pueda hacer al respecto será negativa», e invita a sus compañeros que todavía trabajan para este sello a que «no se rindan» y sigan solicitando la reunión que ocasionó el desencuentro entre Martín y la empresa, cita en la que estuvieron presentes 30 ganaderos de Ávila y Segovia, y en la que solicitaron un encuentro con la firma gala, que es propietaria de marcas como Lauki o Puleva, para hablar sobre «las condiciones laborales» que provocaban «un trato discriminatorio».
Desde Lactalis culpan del desencuentro a Martín. Aseguran que sus «descalificaciones» propiciaron una situación que «no se podía tolerar», y le invitaron a que «si no estaba de acuerdo con la relación comercial, podía buscar otra empresa». No obstante, la ofrecieron recoger el producto hasta que encontrase otra empresa.
Fuente: El Norte de Castilla
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