Mateo Pérez Antolín, entre Javier Dámaso y Jesús Quijano (Foto: R. Otazo) |
El escritor abulense Mario Pérez Antolín presentó ayer en la Residencia Universitaria de Posgrado Reyes Católicos su última obra, 'Profanación del poder', una reflexión sobre el poder ontológico que, en palabras del propio escritor, «es un libro filosófico, pero que huye de la filosofía académica para acercarlo al lector».
En este sentido, el escritor añadió que además de facilitar su lectura, había querido darle especial importancia al estilo literario. «En España hay un déficit de ensayos literarios. No sucede como en Francia, por ejemplo, donde este tipo de publicaciones son muy habituales. Yo he querido darle mucha importancia al estilo literario porque me parece que hay un vacío que se tiene que cubrir», explicó.
Pérez Antolín destacó la dedicatoria del libro por encima de todas las cosas, pues indicó que estaba dedicado a la memoria de tres grandes amigos que habían sido profesores de las materias que más le habían marcado en su vida, y justificó la presencia de sus acompañantes en la presentación, el diputado socialista Jesús Quijano y el director del Área de los Servicios Jurídicos de la UVA, Javier Dámaso, por ser amigos, intelectuales y heterodoxos antes que personas con poder, desvinculando así la relación que estos podrían tener con el propio poder analizado en la obra.
Aunque tanto Quijano como Dámaso coincidieron en que el libro «destila pesimismo a raudales», ambos no dudaron a la hora de afirmar que 'Profanación del poder' supone un salto cualitativo respecto a la anterior obra del autor.
El director del Área de los Servicios Jurídicos de la UVA comenzó su intervención incidiendo en que el libro es «la conclusión del entusiasmo y la convicción» con la que tanto él como Pérez Antolín trabajaron en los tiempos en que eran editores de una revista hace ya más de treinta años.
En relación con esa afirmación, Dámaso destacó que Pérez Antolín «utiliza la melancolía como método de conocimiento» y no dudó en calificar la obra como un libro «de gran profundidad que destila el dolor del paraíso perdido», para concluir invitando a todo el mundo a leer un ejemplar que es «un gozo para la inteligencia».
El diputado socialista Jesús Quijano bromeó con la buena relación que mantiene desde hace años con Pérez Antolín y manifestó sus dudas acerca de si él estaba reflejado o no en el libro. «Sé que Mario me conoce de mis tiempos de secretario regional y al leer el libro me han surgido ciertas dudas de si me ha tomado como modelo o no», comentó irónicamente.
Quijano repasó los aforismos del libro que más le habían llamado la atención, y finalizó explicando que, pese a ver el libro como «una suma de ironía penetrante, amargura dulce, pesimismo antropológico y melancolía de un mundo que pudo ser mejor», el resultado no es negativo, sino que «hace un inmenso favor» a quien se aproxima a él.
Fuente: El Norte de Castilla
En este sentido, el escritor añadió que además de facilitar su lectura, había querido darle especial importancia al estilo literario. «En España hay un déficit de ensayos literarios. No sucede como en Francia, por ejemplo, donde este tipo de publicaciones son muy habituales. Yo he querido darle mucha importancia al estilo literario porque me parece que hay un vacío que se tiene que cubrir», explicó.
Pérez Antolín destacó la dedicatoria del libro por encima de todas las cosas, pues indicó que estaba dedicado a la memoria de tres grandes amigos que habían sido profesores de las materias que más le habían marcado en su vida, y justificó la presencia de sus acompañantes en la presentación, el diputado socialista Jesús Quijano y el director del Área de los Servicios Jurídicos de la UVA, Javier Dámaso, por ser amigos, intelectuales y heterodoxos antes que personas con poder, desvinculando así la relación que estos podrían tener con el propio poder analizado en la obra.
Aunque tanto Quijano como Dámaso coincidieron en que el libro «destila pesimismo a raudales», ambos no dudaron a la hora de afirmar que 'Profanación del poder' supone un salto cualitativo respecto a la anterior obra del autor.
El director del Área de los Servicios Jurídicos de la UVA comenzó su intervención incidiendo en que el libro es «la conclusión del entusiasmo y la convicción» con la que tanto él como Pérez Antolín trabajaron en los tiempos en que eran editores de una revista hace ya más de treinta años.
En relación con esa afirmación, Dámaso destacó que Pérez Antolín «utiliza la melancolía como método de conocimiento» y no dudó en calificar la obra como un libro «de gran profundidad que destila el dolor del paraíso perdido», para concluir invitando a todo el mundo a leer un ejemplar que es «un gozo para la inteligencia».
El diputado socialista Jesús Quijano bromeó con la buena relación que mantiene desde hace años con Pérez Antolín y manifestó sus dudas acerca de si él estaba reflejado o no en el libro. «Sé que Mario me conoce de mis tiempos de secretario regional y al leer el libro me han surgido ciertas dudas de si me ha tomado como modelo o no», comentó irónicamente.
Quijano repasó los aforismos del libro que más le habían llamado la atención, y finalizó explicando que, pese a ver el libro como «una suma de ironía penetrante, amargura dulce, pesimismo antropológico y melancolía de un mundo que pudo ser mejor», el resultado no es negativo, sino que «hace un inmenso favor» a quien se aproxima a él.
Fuente: El Norte de Castilla
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