Rubén Infante Docio, a la izquierda, con su compañero y también creador del videojuego, Ángel Grande |
«El que hay es un buscaminas para el iPhone, que lo ha ideado un invidente», señala Infante, uno de los cuarenta alumnos del Club de Innovación de la Pontificia que intentan desarrollar «cosas nuevas dentro de la tecnología». Windows Phone es el sistema operativo de Microsoft para teléfonos móviles, y la ayuda prestada por la compañía a estos dos jóvenes ha hecho que se decanten por esa plataforma para desarrollar su idea.
«En la Universidad hicimos un curso sobre el desarrollo de esta plataforma, Microsoft vino y nos invitó a ir a Madrid con todos los gastos pagados para enseñarnos», apostilla Infante, que insiste en esa mano tendida por Microsoft como una razón de que el videojuego se desarrolle para Windows Phone, competidor del iPhone, de Apple, y de Android, de Google.
¿Y en qué consiste el videojuego de móvil para invidentes creado por Rubén Infante y Ángel Grande, que se titula 'La cara oculta' y que se presenta mañana junto al resto de proyectos del club? El palentino lo explica de manera pormenorizada. «En el Club de Innovación estamos en la rama de discapacidad y siempre se crean dispositivos especiales para las personas discapacitadas. A ellas no les gusta, quieren sentirse como personas normales y por eso hemos creado un juego para gente con y sin discapacidad. Va sobre un detective, Ernesto Rivalta, con muy mala leche, algo que se aprecia bien en el juego, al que le surge el caso de un crimen y tiene que averiguar el culpable. Tiene que ir pasando pruebas de conducción, de búsqueda de pistas, y ahora, con las TIC, hemos usado sensores de los teléfonos como las vibraciones o el acelerómetro, así como la pantalla táctil o el audio, para que puedan jugar invidentes», afirma Infante, que pone ejemplos del juego. «Para buscar objetos en la pantalla, si vibra poco es que están lejos, y si vibra más, es que van acercándose. Para la prueba de conducción, la voz indica izquierda o derecha para girar rápido el móvil, y si lo haces rápido, pasas la prueba. En otra de las pantallas, Ernesto Rivalta se duerme y le dejan una nota, la voz le dice que utilice los dedos y los una para coger la nota», especifica Rubén Infante, que ha prestado su rostro al detective del juego. «Las imágenes son fotos de nuestras casas, de una habitación, de la cocina... Se pasan a blanco y negro, se retocan luego con el Photoshop y quedan bien, al estilo de 'Sin City'», agrega Infante, que insiste en cómo el videojuego «es el mismo para el usuario, sea o no ciego, y para una persona sin discapacidad también es entretenido».
«El videojuego es el proyecto de fin de carrera y tenemos el verano para que quede perfecto, estamos pensando en meter subtítulos para personas sordas y usar, por ejemplo, la brújula, que los Windows Phone la tienen, para otras pruebas», hace hincapié el joven palentino, que, en principio, piensa en la distribución gratuita del juego.
«Microsoft gana una aplicación más para su 'Marketplace', para su tienda de aplicaciones, y nosotros lo registramos como autores. Lo que queremos es su máxima difusión, porque los móviles son el futuro. Los ordenadores dejarán de existir», concluye Infante.
Fuente: El Norte de Castilla
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