Ricardo Sánchez transmite la paz del que sabe que no por mucho madrugar amanece más temprano. Aunque madrugue. Sus obras se asemejan a esas piezas maestras que en cada vistazo, en cada escucha o nueva toma de contacto, parecen nuevas. Sus paisajes ferroviarios le pusieron en el mapa de los artistas más cotizados, pero sigue con los pies en su Ávila querida. Ahora, acaba de ser elegido ganador del III Certamen de Artes Plásticas de la Fundación Villalar-Castilla y León, apenas un año y medio después de recibir el de la Fundación Díaz Caneja, lo que da una idea de su imparable proyección.
– Lo de recibir un premio así vale para reafirmarse como artista.
– Por supuesto. Más en mi caso, tras un año y medio delicado de salud. Esto supone un apoyo moral muy importante para mí. Y me sirve, además, para decir que me gustaría trabajar con y en Castilla y León.
– Sí, pero no son buenos tiempos para la Cultura en general.
– Es cierto. En mi caso, tenía la intención de realizar una gran exposición a lo largo y ancho de la Comunidad, pero la crisis lo ha paralizado todo. No obstante, creo que hay que seguir adelante.
– ¿Qué le parece que le premie una institución, la Fundación Villalar-Castilla y León, ligada al Parlamento y señera en la defensa de la identidad de esta Comunidad?
– Pues perfecto. Porque, aunque parto de mís raíces, soy de Ávila y trabajo aquí desde hace años. Además, me siento castellano y leonés con conceptos universales.
– Sus estaciones también parecen universales.
– Sí, porque el concepto es igual en cualquier país. La serie es válida en todos sitios y, mire, la seguiré pintando toda mi vida, porque me aporta conocimientos en cuanto a elementos arquitectónicos, perspectiva, espacio para el ser humano...
– ¿Sigue exponiéndolas?
– Bueno, ahora participo más en exposiciones colectivas. Porque a veces da miedo acceder a proyectos que parecen abocados al fracaso. Ahora esto es frecuente.
– Pero, ¿piensa retomar esas muestras de trenes?
– Pues la verdad es que estoy ‘moviendo’ galerías en Inglaterra, donde tengo a un hijo estudiando, porque en el Reino Unido valoran muchísimo el mundo ferroviario. De hecho, hay fundaciones dedicadas a poner en valor un medio de transporte histórico.
– Ahora, ¿pinta estaciones?
– En realidad, estoy realizando estudios de sus torres de comunicación, por lo que no he abandonado el mundo ferroviario, y como digo no voy a hacerlo.
– Hablemos de «Lienzo Norte, pasado y futuro de Ávila», la obra con que ha ganado este Premio.
– Se trata de una obra de óleo sobre lienzo y metacrilato tratado y representa la imagen reflejada en los ventanales del Centro de Congresos y Exposiciones de Ávila.
– Casi nada...
– Sí. Trate de simplificar el reflejo de la muralla medieval en este espacio moderno. Me resultó, por qué no decirlo, un poco difícil fusionar la muralla con el presente arquitectónico. Buscaba mostrar un espacio aislado -de hecho, había pensado en el Centro de Congresos-, y finalmente, tras hacer varios estudios, acercarme al lugar en diferentes momentos del día, ví esta imagen que me fascinó y logré conectar una arquitectura tan contundente como la de la muralla con que representa lo actual.
Fuente: La Razón
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