Un buen día nos damos cuenta de que hace ya mucho tiempo que somos adultos y de que los juguetes de nuestra niñez se han convertido en objetos de culto que hacen sonreír con nostalgia a los de nuestra generación y deslumbran, por su rareza, a nuestros hijos y nietos. Cuando entramos en la Casa de las Flores nos invaden estos sentimientos de melancolía o de fascinación.
El Museo del Juguete de Hojalata, que ocupa las plantas baja y primera de esta casa, cuidadosamente rehabilitada por los propietarios, es un viaje por la historia de esos juguetes brillantes y atrevidos, compañeros inseparables de miles de niños, que dominaron el mercado desde finales del siglo XIX hasta la segunda mitad del XX.
Tres colecciones conforman esta original muestra. En primer lugar, la del abogado, escritor, imitador y tertuliano Luis Figuerola-Ferretti. En este apartado encontramos las tartanas, motoristas, autobuses, cochecitos y camiones de su infancia, además de otras muchas piezas de las marcas Payá, Rico, San Juan, Verdú y Hermanos o Jyesa.
La segunda sección está formada por "otros juguetes del mundo", unas mil piezas diversas que nos permiten conocer la evolución del juguete, el perfeccionamiento de las técnicas a lo largo del tiempo, el ingenio utilizado para efectuar las copias y la incorporación de la madera y el plástico en la fabricación.
El tercer y último apartado de la exposición lo conforma un amplio abanico de utensilios de todo tipo correspondiente a la época de los juguetes. En muchas ocasiones fueron estos objetos los puntos de partida a imitar por los primeros fabricantes, de los que realizaban miniaturas para el juego de los niños.
La realización de exposiciones temporales, visitas guiadas, bolsas de coleccionistas, conferencias y una tienda valiosamente surtida, completan la oferta de este singular museo, ideal para visitar en familia.
Fuente: Venagredos
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