martes, 21 de junio de 2011

Solo uno de cada diez habitantes de los pueblos tiene entre 20 y 30 años

El alcalde de Hoyo de Pinares y unos cuantos
jóvenes que siguen viviendo en ese pueblo abulense
posan para este reportaje
(Foto: Raúl Hernández)
El Coordinador Regional de Juventudes Agrarias de COAG, Salvador Roncero, habla del joven rural de Castilla y León como una «de las especies en peligro de extinción». Sin duda, un comentario irónico y categórico para describir la radiografía del prototipo de chico o chica que habitan en el medio rural. Está convencido de que «los que viven en los pueblos tienen la mitad de oportunidades». Y no le falta razón.


Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el 37% de la población rural tiene más de 65 años, mientras que tan solo el 14% tiene entre los 20 y los 30 años, es decir, uno de cada diez. Así, Castilla y León demuestra ser la comunidad autónoma más envejecida de España. La situación es tal, que en esta tierra más de la mitad de la población rural supera los 55 años, lo cual presagia una difícil renovación generacional. Y ante esta situación, Roncero (joven de 31 años, ganadero de profesión y habitante de Peleas de Abajo, Zamora) lamenta que esta tendencia se traduzca en «la desaparición de las esperanzas de futuro del campo», en un contexto en el que además se vive un cambio en el modelo agrario. Hace diez años en Castilla y León se podía vivir con 40 hectáreas, y ahora son necesarias 300. Su experiencia le ha llevado a reconocer además que «son muchos los pueblos de la comunidad donde no se registran nacimientos, donde desde hace 20 años no hay jóvenes, y se convertirá en la crónica de una muerte anunciada para muchos núcleos rurales», se lamenta el responsable de COAG. Roncero propone, para asentar la población joven, «poner en marcha medidas sobre agricultura y ganadería y políticas de empleo en la actividad agraria que ayuden a generar trabajo y cuidar el medio ambiente».


Algo curioso de esta situación es que,con la actual crisis económica, el campo está experimentando un 'boom' de gente joven que abandona sectores profesionales, como el de la construcción, para «volver a sus raíces» y buscar «una salida profesional» en los trabajos dependientes del campo.


Estos argumentos también los comparte Antonio San Cristóbal (35 años, vecino de San Juan del Molinillo, Ávila), presidente del Consejo Provincial de la Juventud de Ávila, quien asevera que los jóvenes «están completamente solos para hacer frente al peligro de desaparición del medio rural». Asegura que tan solo las personas que «han heredado el amor por el campo de sus padres, inculcado de generación en generación», soportan «los desplantes» de las administraciones. En este sentido, considera que no es de recibo que «las medallas se pongan en campaña, para que después el interés demostrado por los pueblos desaparezca».


Sin conexión tecnológica


Desde el Consejo Provincial de la Juventud de Ávila, conformada por diez asociaciones juveniles, se pide que se fomente una vivienda más accesible, y en especial la llegada de las nuevas tecnologías a los pueblos, ya que «hay muchos municipios que viven en el pasado, desterrados a los años 50 sin Internet». Hay que hacer mucho en este sentido aunque San Cristóbal reconoce que el Programa Banda Ancha Rural que puso en marcha la Junta de Castilla y León e Iberbanda ha facilitado la llegada de Internet a muchos rincones de la región. En los últimos tres años, 3.400 núcleos de población han podido acceder por primera vez a este servicio, lo cual es «muy positivo», aunque «no definitivo», por «el precio elevado que a veces supone».


Otro de los problemas que denuncia San Cristóbal es la emigración de los pueblos a la ciudad de los menores de 30 años: «Las posibilidades de trabajo hablan por sí solas, incluso por encima del ocio social ponderan las posibilidades de crecimiento laboral, y el remedio no llega; es una sangría que desespera a los mayores que ven como su tierra se queda desierta».


Todo lo contrario es lo que ha hecho David Beltrán. Con 31 años se ha convertido en el alcalde de El Hoyo de Pinares, el primer edil más joven de la provincia de Ávila y uno de los benjamines de Castilla y León. Además asegura conocer «a la perfección» la problemática de la «espantada de los jóvenes de los pueblos».


«La realidad es la que es, pero esto no significa que debamos conformarnos». Él lo tiene claro, quiere «predicar con el ejemplo», y centrar gran parte de los esfuerzos de esta legislatura que comienza en conseguir que la población de su pueblo «no se desgaste». El principal proyecto que emprenderá es la puesta en marcha del estudio y desarrollo de unas instalaciones para la obtención de energía verde renovable a partir de biomasa leñosa. «El monte es nuestro principal patrimonio». Así «habrá empleo, y por lo tanto también habrá posibilidades de asentarse aquí y crear una familia».


Beltrán anuncia que se proyectará la creación de una programación cultural estable y la construcción de una fábrica que «garantice decenas de puestos de trabajo estables», una receta que recomienda al resto de alcaldes, compuesta de «iniciativas que transmitan ilusión» y que «revaloricen lo nuestro, lo de siempre, lo de nuestros pueblos».
 
Fuente: El Norte de Castilla

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