Esta breve cita de la carta que Tomás Luis de Victoria remitiera el 14 de enero de 1582 al Cabildo de la Catedral de Sevilla, junto a dos de sus publicaciones, ha servido mucho tiempo después como desencadenante de una serie de movimientos musicales en la ciudad del Abulensis. El tiempo ha demostrado a esta ciudad que la apuesta por las señas distintivas de su siglo XVI, cuando era una de las ciudades más importantes de la Corona de Castilla, pueden paradójicamente fundamentar buena parte de su futuro cultural. ¿Nos hemos parado a pensar en cuanto le debe la ciudad de Ávila, por ejemplo, a Teresa de Jesús? Siendo así, ¿por qué nos ha costado tanto apostar durante siglos por una figura considerada por muchos el más relevante compositor de la historia de España, junto a Manuel de Falla? Abulensis quiere ser una respuesta a estas cuestiones, aunque no la única.
Con anterioridad a los actos del 400 aniversario de la muerte del compositor celebrados durante el pasado 2011, un grupo de músicos, musicólogos y profesionales del ámbito musical profesional del entorno abulense elaboramos una serie de líneas de trabajo que trazaran un camino conducente por una parte a la consolidación de Victoria como referente cultural del más alto nivel y por otro a la revitalización de la vida cultural de la capital y su entorno. De esta forma, en el otoño del pasado año se puso en marcha el Centro de Estudios Virtual Tomás Luis de Victoria (www.tomasluisvictoria.es), que quiere recoger de la forma más abierta posible el inmenso caudal de documentos, datos y eventos que sobre el músico se dan por todo el mundo, y que hoy día sigue desarrollando esta labor lenta pero inexorablemente, para hacer accesible un tesoro que de otro modo estaría al alcance de muy pocos.
Tras esta experiencia, el siguiente paso era poner en pie un festival de música que tomara como eje central la figura de Victoria dirigido a todos los públicos: el melómano, el visitante, el curioso, la propia ciudadanía de la capital. Con una inversión suficiente para optar a agrupaciones de calidad, y en escenarios históricamente relevantes, el concepto de Abulensis, diseñado a medida para la ciudad como lo están el de Salzburgo o Bayreuth, aúna la identidad elegida por el propio Victoria en la autoría de sus obras con el espacio físico de la ciudad que lo vio nacer, y con sus propias gentes, que aún tienen un largo camino por recorrer para redescubrir al ilustre paisano.
Programa de agosto
Serán seis las agrupaciones que pasarán del 21 al 27 de agosto por la capital castellana. Tras el Preámbulum a cargo de los coordinadores del Centro de Estudios Virtual, que a modo de pórtico abrirá el festival el día 21, el público tendrá ocasión de escuchar el día 22 a Vasco Negreiros al frente de su Vocal Ensemble, auténtico centro de formación vocal en este género de nuestro país vecino. Después será el turno de La Colombina, veterana agrupación que ofrecerá una selección del exquisito Officium Hebdomadae Sanctae el día 23. A continuación actuarán fuera de abono Zenobia Scholars, cuarteto vocal de reciente creación, para dar paso el 24 a la actuación de Carlos Mena y Juan Carlos Rivera con su íntimo Et Iesum. El día 25 será el joven coro Ars Nova quienes, bajo la dirección de Javier Castro y con la colaboración del Coro Gregoriano de La Santa de la ciudad anfitriona ofrezca su lectura, sobre la propia edición original del 1605, del monumental Officium Defunctorum. Y para cerrar el festival, el grupo portugués Sete Lágrimas mostrará al público como este género, lejos de estar caduco, goza de una magnífica salud y se adapta a la perfección a la estética de nuestros días.
El Festival, planteado como un importante evento de periodicidad anual, está impulsado y patrocinado por el Ayuntamiento de Ávila, copatrocinado por la Junta de Castilla y León, y cuenta con el apoyo logístico de Juventudes Musicales de Ávila.
Tras su puesta en marcha quedan pendientes otros proyectos, tales como la recuperación de la casa natal del músico como centro de documentación o la publicación definitiva de su Opera Omnia. Sirva mientras tanto este apasionante recorrido durante una semana al año, en una ciudad Patrimonio de la Humanidad, por todos sus encantos tanto divinos como por supuesto mundanos, que la hacen célebre.
Fuente: ABC
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