sábado, 11 de diciembre de 2010
Adobes para no morir
El espíritu emprendedor de Santa Teresa ha calado en una localidad, la suya natal según los vecinos, que pasa desapercibida en la llanura de la meseta castellana y sus vastos horizontes. A 20 kilómetros al norte de Ávila, en la comarca de La Moraña, cerca de Arévalo y de Fontiveros, cuna de san Juan de la Cruz, Gotarrendura se divisa como un pueblo aparentemente sin grandes atractivos. Sus casas de adobe de una sola planta no tocan el cielo, pero conservan la arquitectura autóctona, tierra y paja, y la inevitable huella del ladrillo mudéjar. La iglesia, del siglo XVII, es la única que se erige majestuosa, con su nido de cigüeña, en esta localidad de 200 habitantes censados, aunque sólo unos ochenta transitan sus calles en invierno. Leer más en Diario Montañés...
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