Esteban del Dedo se planteó la producción de sidra a base de ver manzana perdida a pie de pomares. «Recuerdo que se lo comenté a mi padre: A usted qué le parece. Y él me dijo que adelante». Eso fue hace doce años y su primera y simbólica producción se quedó en 260 litros. Hoy cuenta con una empresa consolidada, una nave en cuya construcción se han invertido casi doscientos mil euros, y una producción que este año rondará -calcula- los 54.000 litros de sidra. El caso no sería extraordinario a no ser por el entorno. La «fábrica de sidra» de Esteban se ubica en Hermosillo, un pueblo muy cercano a El Barco de Ávila, muy cerca de la capital abulense y a unos 185 kilómetros de Madrid. Leer más en La Nueva España...
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