Si no fuera por la estrecha afinidad que siento con el protagonista de 'El mudejarillo', yo diría que la obra de José Jiménez Lozano (Langa, Ávila, 1930) que más me ha conmovido ha sido su 'Guía espiritual de Castilla'. Este itinerario que, como escribió Emilio Salcedo, «puede leerse casi como un libro mágico», sigue hoy vibrando, un cuarto de siglo después de su publicación, con la misma intensidad del primer día; y continúa proporcionándole al lector una visión verdadera y esencial de esta tierra encendida.
José Jiménez Lozano cumple ochenta años, y es buen momento éste para reflexionar sobre la lucidez y el peso de una obra que arranca en los años sesenta con ensayos como 'Nosotros los judíos' o 'Un cristiano en rebeldía', antes de iniciar el camino de la narrativa, que le proporcionará quizás un paso más largo, pero sin perder esa profundidad que caracteriza siempre la escritura del abulense. A esto hay que añadir la aportación personalísima de su poesía o, para los amantes del periodismo de altura, la exquisita factura de los editoriales que ha escrito en El Norte de Castilla.
En cierta ocasión Jiménez Lozano dijo que narrar es «levantar la vida con palabras», y su actividad literaria, que continúa en plena producción hasta la fecha, no ha sido otra cosa que eso: buscar las palabras necesarias que nos ayuden a comprender un poco mejor la vida de los demás, es decir, nuestra propia vida. Lo mismo cuando ha buscado en la historia las raíces profundas de los hombres de esta tierra de judíos, moros y cristianos que cuando ha meditado en voz alta sobre los excesos y la decadencia cultural de nuestro tiempo. Leer más en El Norte de Castilla...
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