Amanece en Candeleda. La noche ha sido fresquita, como acostumbra por tierras abulenses, pero el sol que luce esta mañana anuncia que el día volverá a ser de intenso calor. Al aviso de los monitores al otro lado de la puerta le suceden los primeros bostezos. “Good morning, good morning!”, comienza un nuevo día en el Centro de Turismo Rural El mirlo blanco, ubicado en una de las zonas privilegiadas de la provincia de Ávila y que cada verano, desde hace seis años, acoge a los niños de Pueblo Inglés durante el mes de julio.
Una vez en pie y ya bien espabilados, toca hacer un poco de ejercicio para empezar el día con energía y es que después de desayunar empezarán a sucederse las actividades hasta las once de la noche, con sólo algún ratillo de tiempo libre que suelen aprovechar para llamar a casa y contar a sus padres cómo lo están pasando y lo que están aprendiendo. El aprendizaje del inglés se hace en este contexto de forma eminentemente práctica ya que es en muy pocas ocasiones cuando “tienen que coger cuaderno y boli”, explica la directora de programa, Sabela Castro.
Los benjamines del grupo son los niños de siete años que participan por primera vez en Pueblo Inglés. Si bien las primeras horas de campamento se les notaba un poco tristones, no es fácil separarse de los padres e irse con desconocidos, después de los primeros juegos van tomando confianza, aprendiendo los nombres de los 67 compañeros con los que va a convivir los próximos ocho días y perdiendo el miedo escénico al principal objetivo de esta experiencia: expresarse en inglés.
Ice breaker
Sabela Castro reconoce que las primeras horas son difíciles para los más pequeños, especialmente si son niños más introvertidos; sin embargo, las actividades previstas en el ‘ice breaker’, para romper el hielo, les ayudan a sentirse cada vez más cómodos, dejando atrás la vergüenza a intercambiar palabras con los demás y a hablar en público. “Pronto asumen como único objetivo pasárselo bien y que si tiene que ser en inglés, no pasa nada”, explica la directora.
En Candeleda tuvo lugar la experiencia piloto de Pueblo Inglés con niños y aunque ahora se ha extendido a otros lugares, como a Aldeaduero (Salamanca) sigue siendo la localidad abulense la que se toma como referencia para el programa infantil. Allí convivirán durante el mes de julio más de 270 chavales, divididos en grupos de 68 a lo largo de las cuatro semanas que durará el programa.
A su cargo están una serie de coordinadores angloparlantes de diferentes nacionalidades ya que como detalla la directora de Pueblo Inglés, María Cruz, se trata de que los niños se acostumbren a entender diferentes acentos. Así, hay monitores británicos, irlandeses, americanos, australianos y canadienses. La misión de estos coordinadores será demostrar a los chavales que “son capaces de comprender el inglés mucho mejor de lo que creen” apunta Cruz.
Ya en los primeros días la directora reconoce que se aprecian avances significativos. Enriquecen su vocabulario y además con palabras y expresiones propias de la vida real, en lugar de situaciones hipotéticas como las que pueden plantearse en una clase al uso. Al familiarizarse con ese vocabulario práctico a base de repetirlo y utilizarlo constantemente, a los niños les resulta más fácil de asimilar y también, será más difícil que lo olviden.
Para motivarlos, los coordinadores siguen un sistema de puntos a fin de premiar los buenos comportamientos y de penalizar los malos. “Saben por ejemplo que hablar en español resta puntos” indica Sabela Castro y esto supone un esfuerzo diario porque cada día se pone el marcador a cero. Para el castellano quedan los ratos de tiempo de libre que algunos, sobre todo los más pequeños, suelen aprovechar para hacer un descansillo del inglés. El ganador diario podrá elegir la actividad de la tarde entre practicar waterpolo o aeróbic en la piscina; teatro o pasar el rato haciendo manualidades como pulseras o camisetas.
Actividades
El programa de los ocho días que dura el campamento está planificado al milímetro. Los tiempos de descanso están perfectamente delimitados: después de comer, para tener unos minutos de relajación viendo una película en inglés; y después de cenar, con el mismo objetivo, que los pequeños se serenen y empiecen el descanso de un largo día.
Entre las actividades que se realizan a lo largo de la semana se encuentra la del ‘Día internacional’ en la que cada grupo debe aprender curiosidades sobre la historia del país que le corresponda, diseñar una presentación para exponerla ante los demás y plasmar los principales contenidos en un póster. De esta forma, además de ejercitar el inglés, practican la oratoria, aprenden más sobre otros países y desarrollan trabajos manuales.
Los martes, por ejemplo, toca el ‘show de talentos’ en el que los chavales tendrán que preparar una actuación que deberán escenificar por la noche ante todo el campamento. Las carreras con barcos, aviones y coches construidos por ellos mismos es otra de las actividades fijas en el programa.
Satisfacción
Sabela Castro se muestra encantada con el tiempo que pasa en Candeleda con los niños y asegura que aunque también ha dirigido programas de adultos, disfruta mucho más con los pequeños. Además, confiesa que una de las grandes satisfacciones es ver crecer a los chavales que repiten año tras año y comprobar cómo van pasando todos los hermanos de la misma familia. “Eso demuestra la confianza de los padres en Pueblo Inglés”, expresa satisfecha.
Una ocupación que agradece, más aún en los tiempos que corren, el director del Centro de Turismo Rural El mirlo blanco donde se alojan, Miguel Ángel Pérez, que asegura que “tener la continuidad de un grupo” de tales dimensiones, que logra ocupar el cien por cien de las plazas del centro durante todo el mes de julio “garantiza una rentabilidad”. Además en agosto, durante unas dos semanas también contará con un grupo de adultos.
Fuente: León Noticias
No hay comentarios:
Publicar un comentario