Como cada segundo domingo de septiembre, Candeleda (Ávila) vivió con fervor la romería en honor a la Virgen de Chilla, una procesión declarada de Interés Turístico Nacional que concita cada año en su Fiesta Grande a peregrinos a pie y a caballo de todo el Valle del Tiétar, Madrid, Toledo e incluso de Extremadura. Tras el desencaje de la imagen de María del retablo de la ermita y la procesión por el santuario de Chilla, los romeros se congregan en torno a la Piedra de las Apariciones para celebrar una multitudinaria misa al aire libre. Una vez en el santuario de Nuestra Señora de Chilla, conocida como la «Soberanita», los romeros, antes de la procesión y la misa, desayunan migas con chorizo y pimientos fritos.
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